las drogas












Hoy un sabado y lloviendo...

...ejercito mi dactilografia transcribiendo esta columna escrita por Gustavo Escanlar, en la revista Freeway :

Para funcionar / tengo que estar sedado
Si quiero agradar / tengo que estar tomado
Para no enloquecer / tengo que estar dopado
Para sentir placer / tengo que estar boleado

(*) "Natural", cancion del disco Raro, de Cuarteto de Nos

  • No conozco a nadie que no se drogue

  • Mi madre necesita Dormicum. Mi padre, Sertralina. Mi abogado necesita Aceprax. Mi colega, reunirse en algún grupo de algo anónimo. Y yo... yo me descompenso si no tengo Ventolin.

  • Uno no puede vivir sin ver televisión. Otro necesita un nuevo celular. Aquella, tetas nuevas. Aquel, coger un poco más. Está el que necesita que lo quieran. Y la que necesita adelgazar. Y la que no se puede dormir sin chocolate. Y están el cigarro y el alcohol. Y el porro. Y la merca. Y las pastelas. Y la pasta base. Son las cosas que ayudan a olvidar.

  • Nos drogamos para pasarla bien. Nos drogamos para no pasarla mal. Para bancárnosla. Para estar un poco más felices. O paro no ver tanto. Para acordarnos. O para olvidar. Para reirnos. O para llorar. Para excitarnos. O para anestesiarnos. Para dormirnos. O para despertarnos. Para el amor. Para el resentimiento. Para la compañía. Para la soledad. Solos o con amigos. Escondidos o exhibiendonos. En secreto o a los gritos. Para invocar dioses. Para olvidarnos de la religión.

  • Las drogas siempre estuvieron. Están. Seguirán estando. Por más que les hagan guerras. Esas guerras, ya se sabe, son, en el mejor de los casos, conducidas por hipócritas. En el peor, las conducen ignorantes.

  • No existen drogas "buenas" y "malas". El problema no está en la sustancia, sino en el usuario y en la manera en que la use. Lo mismo pasa con las armas, con la clonación, con la cirugía plástica, con la energía atómica, con las plantas de celulosa, con el poder, con la televisión. Y con las novias.

  • En un tiempo me dedique a informarme sobre los efectos de las drogas. Quería hacer un libro y escribi cada capitulo bajo la influencia de una sustancia diferente para ver que pasaba, como afectaban mi lucidez y mi escritura. Pero todos los capitulos, curtidos con distintas drogas, me quedaban mas o menos parecidos. La cuestión no era cómo me afectaban las sustancias, sino que, en definitiva, me estaban afectando "a mi". Es decir, si bien cada droga me pegaba diferente, la base psicológica era la misma, y lo que tenía para decir lo iba a decir consumiera lo que consumiera. Si soy un tarado, ninguna droga me va a convertir en genio. Si soy un genio, de repente una droga me mata algunas neuronas. Pero , mientras la disfrute, no hay problemas.

  • En la guerra contra las drogas se generaliza demasiado. No es correcto hablar de "droga" en general: cada sustancia es diferente y su consume tiene distintas consecuencias. En este terreno, pesa mucho la individualidad, las características de cada personalidad. Cada quien tiene una droga favorita, la que lo ayuda más, la que le da mayor placer, la que lo coloca en el estado en el que más se acerque a quien pretende ser. A mi, por ejemplo, el fumo no me dice nada. Me convierte en un tipo un poco más estúpido, me hace dormir. La merca me pone paranoico. El Dormicum me mata la memoria: no logro acordarme de lo que dije o hice hace unas horas. El alcohol me cae para el carajo: vomito o me caigo, una de dos. El escabio solo me resulta placentero si lo combino. Si no, me vuelve un estropajo. En definitiva: aceptando que todos necesitamos drogas, y en la hipótesis de que cada quien tiene una droga de elección, yo me pongo contento por haberla encontrado. Lástima que está tan cara.

  • Mis problemas no son con las drogas sino con la ley. La prohibición de algunas sustancias no soluciona ningún problema. No somos más saludables porque no nos dejen fumar en lugares cerrados. Al contrario: somos mas reprimidos. La prohibición provoca clandestinidad, mafia, sustancias adulteradas, consumo a ciegas, riesgos sanitario y penales, la aparición de sucedáneos más baratos como el crack y la pasta base.

  • No voy a hacer una cruzada a favor de las drogas. No tengo alma de político progre. Además, en los hechos, la falopa está casi legalizada. Como el aborto, como la eutanasia. Pero lo que si me gustaría es no tener que transar ilegalmente, no tener que ignorar lo que consumo. Me gustaría, por que no, comprar la droga en la farmacia. Como hago con el Ventolin, que al fin y al cabo es más o menos lo mismo. Uno me ayuda a respirar mejor. La otra me ayuda. Y además me da placer. El sufirmiento es un estado respetable, pero el placer casi siempre se condena, se mira con recelo. Por eso, cuando te falopéas, te parece que todos se dan cuenta, que te miran y te dicen "que horrible, que zarpado".








¿ Y cual es tu droga ?

Y
o no estoy del todo de acuerdo con lo que plantea Escanlar, pero de todas formas me gustó algunas cosas que planteó.
Me encantaría saber TU opinión sobre el tema.

Y por último comentar que mi droga son los amigos, la familia, el aire, y en algunos casos internet, aunque he podido pasar mas de un mes sin computadoras ni internet, pero no mas de dos horas sin compañía ni gente alrededor...

Guillermo Rodríguez

Comentarios

Sin Gamulán dijo…
Hay una corriente nueva dentro del pensamiento popular que ejerce un paralelismo entre las drogas y las conductas adictivas, que si bien tiene una buena base que todos podemos comprender, en el fondo es un grueso error. Yo no pienso que todo el mundo consuma una droga, pero si que una mayoría abrumadora de personas tenemos al menos una actividad que realizamos compulsivamente. Odio las dos caras, los viejos señalan con el dedo al nene que fuma porro pero si les escondes el bromazepam se ponen como locos.
Anónimo dijo…
Sobre el tema se puede debatir y mucho. Lo único que puedo decir con sobrada experiencia es que las drogas son una GRAN, GRANDÍSIMA mentira. Desde la introducción del tabaco en el imperio británico y su popularización ("porque la reina fumaba", si fuma la reina como no lo vamos a hacer sus súbditos) las milenarias "inspiraciones" de sus majestades chinas (hachís de por medio) e incluso remontándonos a los primitivos rituales donde se danzaba al ritmo de los tambores (bajo el influjo de los vapores que quemaban los chamanes o "brujos") podemos ver que la función de estas sustancias se ha desvirtuado completamente y se ha generalizado su uso (antes reservado para ocasiones especiales o, en algunos casos, para personalidades especiales) convirtiéndose en algunos casos en un flagelo que no podemos detener. Lo que quiero dejar bien claro es que, en mi humilde experiencia, la droga sólo fue una excusa para soltarse o para compartir algo, pero nunca me generó una mejora REAL ni una mejor sensación ni nada. Es mas, odio el cigarrillo (que es una de las peores porque te mata de a poco) y por supuesto nunca probé ninguna droga mas allá del alcohol, pero porque afortunadamente descubrí que sólo causaría mi entrada a un lado del que sólo sacaría más sufrimiento y dolor. En definitiva, mi mensaje es HACETE CARGO, no le esquives el bulto a lo que te sucede y busca otras formas de desahogarte que las hay (y por cierto son maravillosas) y que te hagan sentir REALMENTE VIVO en un mundo que cada día nos aliena más.

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