Hey You (el comienzo del lado b)


Extraido de Revista Freeway.
Por Garo Arakelian de La Trampa

Año 1980. Sábado a la noche, en invierno. Nada para hacer. Pero nada de verdad. Nada. Ni boites, ni pubs, ni bares, ni bailes, ni cumpleaños de quince, ni tv, ni cable, ni barrio, ni internet, ni alcohol, ni tabaco, ni porro, ni discos, ni casetes, ni novia. Nada. Miento. Ahi estaba la radio. Mi readiograbador JVC-20 estéreo AM/FM y yo. El periscopio, por sobre el muro, que me separaba del afuera. Sólo estando adentro sobrevivía a los sábados de noche. A todos los sábados de noche.
Ahi estaba todo a lo que se podía acceder. Todo. Absolutamente todo. El dial tenía dos puntos de reposo para mi generación, en el invierno del '80: CX 50 Radio Independencia y CX 32 Radiomundo. No funcionaban como un binomio antagónico. Todo lo contrario: eran la misma porqueria. Entre mucha música disco y los primeros raps, una de ellas proponía un combo con media hora de los BeeGees y media hora de Beatles a manera de competencia entre los "genios de Liverpool" y los "genios australianos", que ni australianos eran.
Y en la otra, también diseñando las expectativas de una generación, se imponía "la hora de las lentas", las bailables, las franelas. Canciones que realmente lograban dejarme por fuera de aquel mundo de vínculos asegurados a través de las entradas con consumición y ropa de marca.

Ese sábado casi a la medianoche, en un bloque de lentas, escuché por primera vez en mi vida "Hey You" de Pink Floyd. Algo pasó. Porque esa canción no se correspondia con un tema para bailar, para apretar y chuponear después de Gloria Gaynor, Donna Summer o Patrick Hernández. Era algo que no pude decodificar, más allá del arpegio, de la melodía y de la intención de la voz. Supe en ese momento que había algo más en esa canción, pero no sabía qué. No entendía ni una sola palabra en inglés, pero estaba seguro que aquello no podía ser una canción romántica.
En el lice público aprendiamos a decir "Le police leve le baton blanc", "Je traverse la rue" y "asseiez vous", pero "Hey you, Out there in the cold, Getting lonely, getting old, Can you feel me?", no. Ni idea.
El hecho de no poder comprender la única canción de la radio que me transmitía algo, fue la constatación de que el muro ya estaba terminado. En parte construido desde adentro, en parte construido desde afuera. Muro al fin.

Y fin del Lado A. Porque mi Lado B acababa de comenzar y yo no iba a quedarme ahí atrás.


Era tiempo de encarar mi propia versión de The Wall. Pero del otro lado del muro solamente se hacían sentir los que hablaban fuerte. Los verdes, los azules y los camuflados que hicieron del uniforme, del pelo y de la insignia un mundo paralelo de represión en el liceo. Los empresarios que hicieron del adolescente un escucha de oidos idotas. Los políticos que diseñaron el sistema educativo para que nosotros no comprendiéramos ni el mundo de afuera ni el de adentro, y en algunos casos hasta nuestras propias familias.
"Hey You" seguía sonando y pasó el Plebiscito por el SI y el NO. Y pasó el Mundialito y se estrenó la TV Color. Y seguía sonando "Hey You".
Hasta que und día, en 1981, ya con 15 recién cumplidos, volví a escucharla com por primera vez; "Oye tú/ Allá afuera/ En el frío/ Quedándote solo/ Haciéndote viejo/ ¿Puedes sentirme?". Ese día senti que le ganaba a todos mis profesores de secundaria. A todos los milicos que se nos cruzaron a mi familia y ami. A todos los programadores de radio de aquellos dos puntos de reposo del dial, aliados y complacientes con la dictadura. Y a los empresarios que hicieron de los bailes y de la música una forma más de dejarnos afuera de todo. Les gané a todos ellos en un mismo día.
Ahí empezó mi ansiedad por sustituir el periscopio del '80 por un megáfono que me comunicara con el afuera. Ese día era yo, sin mi radiograbador JVC-20 estéreo AM/FM. y ya no me importaban los sábados de noche, ni la música, ni la ropa, ni cómo o qué mierda bailaban los demás.
"Hey You"... Militares, policías, docentes, funcionarios, empresarios y políticos pro-dictadura del '80, hay más: ahora no solo domino el inglés, sino que mis canciones en español las comprenden y las cantan vuestros hijos y vuestros nietos.
Salud.
¿Pueden oirme?... Porque yo, a ustedes. ya no.

Gracias a German por las fotos: Blog

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